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92Introducci%u00f3nEl estudio de cualquier problem%u00e1tica de la contemporaneidad conduce necesariamente a dar una mirada a la compleja situaci%u00f3n que est%u00e1 atravesando nuestro planeta azul, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos de los avatares sufridos por las distintas especies de vida y por todas las formas materiales existentes fundamentalmente a partir del siglo XVIII, han sido provocados por las acciones realizadas por la %u201ccivilizaci%u00f3n%u201d humana. Hoy en pleno siglo XXI la situaci%u00f3n se torna muy desfavorable, pese a las preocupaciones crecientes en torno a la crisis ambiental y al cambio clim%u00e1tico como una de sus consecuencias m%u00e1s recientes y severas, pues el hombre contin%u00faa consider%u00e1ndose centro y representaci%u00f3n m%u00e1xima de todo lo vivo. La base cultural de los procesos ambientales se expresa en la manera en que el hombre construye su relaci%u00f3n con el entorno, con sus semejantes y consigo mismo; esa construcci%u00f3n se realiza a partir de una determinada cultura que se promueve, entre otros aspectos desde la educaci%u00f3n. La educaci%u00f3n ambiental posibilita prevenir riesgos de desastres, el cambio clim%u00e1tico, la desertificaci%u00f3n, as%u00ed como trabajar por el desarrollo sostenible de las comunidades. En Cuba se concibe su promoci%u00f3n en la integraci%u00f3n de los contextos de actuaci%u00f3n profesional del maestro: escuela, familia y comunidad. Seg%u00fan Cruz, Pulido y Garc%u00eda (2021) es un proceso que propicia la participaci%u00f3n consciente de los sujetos en la soluci%u00f3n de los problemas medioambientales. Estos autores destacan la necesaria formaci%u00f3n de valores y la actuaci%u00f3n voluntaria en dicho proceso. En consecuencia, el desarrollo de la educaci%u00f3n ambiental como eje transversal en las instituciones educativas debe promover actividades encaminadas a la acci%u00f3n directa de los educandos y dem%u00e1s miembros de la comunidad sobre las problem%u00e1ticas que afectan el entorno. Es un proceso que trasciende el espacio %u00e1ulico y compromete a todos en la confluencia de los esfuerzos para mejorarlo como forma de alcanzar bienestar. Su alcance se evidencia en las formas de sentir, pensar y actuar del sujeto al exhibir una conducta de cuidado y protecci%u00f3n hacia el medio ambiente. Tales aspiraciones son posibles si podemos desde el trabajo sistem%u00e1tico docente sensibilizar a los educandos ante las indisciplinas, indiferencias y otras actitudes negativas de la sociedad con respecto al medio circundante. De igual manera, propiciar el inter%u00e9s por la salvaguarda del entorno desde una actitud reflexiva que favorezca el desarrollo de la voluntad para transformar el medio e implicar a otros en dicho proceso.Lo anteriormente planteado exige una educaci%u00f3n ambiental que contemple, adem%u00e1s de aspectos relativos a la conservaci%u00f3n y adecuado manejo de recursos del medio ambiente, el esp%u00edritu de solidaridad y responsabilidad que armonice con las aspiraciones de lograr el desarrollo sostenible por todos los miembros que componen la comunidad.